Y te quedas alli, esperando que nadie pueda saber lo que pasa por tu cabeza en ese momento. Miras a tu alrededor y aunque haya mucha gente lo ves todo vacio, paralizado, lo único que eres capaz de escuchar son los latidos de tu corazón y la respiración de ese ser que está a punto de dejar de vivir y tú no quieres dejar marchar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario